Consisten en reuniones guiadas por un psicólogo u otro profesional formado, con el objetivo de que los propios usuarios compartan la experiencia de la enfermedad, y sus expectativas de recuperación. En dichos grupos verbalizan las situaciones que les preocupan, bajo el compromiso de escuchar sin juzgar, empatizar, acompañar, apoyar, etc…
Esto les permite aprender nuevos modos adaptativos de afrontar y gestionar las situaciones que les generan malestar. Al mismo tiempo, se fomenta la cohesión del grupo, así como la aceptación incondicional de cada uno de sus componentes.
Los propios usuarios son los protagonistas de este programa. Ellos se reúnen de forma voluntaria y libre, para ganar en seguridad en sí mismo y en fuerza para poder convivir cada día con la enfermedad. Esto posibilita adquirir el empoderamiento necesario para poder retomar su proyecto de vida personal.