Luchadora incansable, nos deja una persona que formó parte del espíritu de AFEMEN, y que ayudó a sembrarlo junto a la entonces presidenta Milagros Sales, y otros pioneros de la asociación, como Adolfo Luque, y Antonio Gómez. Todos ellos nos faltan ya.

La pasada madrugada nos ha dejado María Perez. Mujer de alma combativa, formó parte de la junta directiva de AFEMEN desde sus inicios. Y fue delegada de Jerez. Pero sobre todo fue un familiar que luchaba por los derechos de las personas con problemas graves de salud mental.

Persona comprometida y generosa, desde la creación de AFEMEN siempre tuvo conciencia de lo que significa trabajar por el movimiento asociativo: Había que luchar por una causa común, empujando entre todos. Y que el bien que se lograba para una persona afectada suponía un paso más hacia la mejora de todo el colectivo.

Madre de familia numerosa – 8 hijos- supo desde muy joven lo que significaba dar – darse- con vocación de ayuda a los demás, y no solo en el ámbito de la asociación, sino con todas las personas que formaban parte de su entorno.

Siempre tuvo un papel activo, animando a su vez a muchas otras personas a que colaboraran con la asociación. Gracias a ella, AFEMEN pudo contar durante muchos años con uno de sus mejores voluntarios: Manuel Pedro, que también nos dejó no hace mucho tiempo.

Valgan estas breves líneas a modo de reseña, como un sencillo pero sentido homenaje a una persona humilde y grande, que nos ha dejado huella, por su trabajo, muchas veces silencioso, su constancia y su espíritu solidario. Una madre que puso su grano de arena en AFEMEN, aunando trabajo e ilusión, en los difíciles momentos de los inicios de la asociación.